Tuesday, February 27, 2007

Do the evolution

Hay una vieja máxima en el fútbol de barrio que dice que el equipo que va ganando en el primer tiempo debe seguir jugando con los mismos jugadores durante el segundo tiempo. Es decir, ¿para qué hacer cambios si con este equipo estamos bien?


En la música a veces sucede algo similar. Y es el hecho de repetir las fórmulas cuando estas tuvieron buenos resultados. Entonces hay bandas que durante años se mantienen fieles a su forma de hacer las canciones, que les garantice algún grado de éxito.


Pero por alguna extraña razón siempre esperamos que las bandas evolucionen. Que “maduren”. Y es algo que les hace ganar cierto grado de respeto o admiración.


Tenemos ejemplos clásicos en la historia del rock, como The Beatles, que dieron pasos en medidas astronómicas en unos pocos años, pasando del estilo beat de canciones como “I want to hold your hand” a la psicodelia compleja de la talla de “A day in the life”. Alguien podría pensar que no se trata del mismo grupo ni compositor…pero sí lo fue. Ejemplos de ese calibre no hay muchos en la historia. Y es que el hecho de evolucionar tampoco es sinónimo de éxito ni inmortalidad. Por que en cierta forma es el estilo el que hace a las bandas ganar adeptos que se sienten identificados, ya sea por el sonido o por las letras. Y el cambio significa correr el riesgo de peder fans, así como también ganar otros nuevos.


¿El repetir fórmulas significa falta de imaginación de parte de los músicos? Grandes bandas se han caracterizado por mantenerse absolutamente fieles a su sonido, por ejemplo Ramones o Iron Mayden, en los cuales es bastante difícil identificar a qué disco puede pertenecer tal o cual canción, por el hecho de que son “todas iguales”. Pero no estamos hablando de cualquier banda destinada al olvido, sino de grupos que han trascendido e influenciado a generaciones de músicos alrededor del mundo.


En cambio, hay otras bandas que en la búsqueda de nuevos sonidos consiguieron resultados horrorosos para sus fans como el Metallica de mediados de los 90 o el Radiohead post Ok Computer. Entonces ¿qué tan loable puede ser el explorar nuevos horizontes?


Esta apuesta al cambio no es nada fácil. Pienso que el explorar con la música es más admirable que quedarse pegado con la fórmula, porque sea como sea, las cosas repetidas terminan aburriendo. Pienso también que la exploración no siempre es sinónimo de hacer cosas raras y poco entendibles, sino más bien se debe tener la capacidad de evolucionar con calidad, de ser un verdadero aporte y es allí donde está el verdadero desafío.

Wednesday, February 14, 2007

Juego Frio


Chris Martin dista mucho de ser el típico rock star. Proveniente de la clase alta inglesa, conservador, no fuma ni toma. Pero por esas cosas del destino es el líder de una de las bandas de pop rock más exitosas de los últimos años.

Ha estado involucrado en movimientos pro ayuda de los pobres de África, en la misma línea de “luchadores por la justicia” de Bono, pero sin el carisma del irlandés. No posee una gran voz ni tampoco es una máquina de hacer canciones. Entonces, ¿qué demonios tienen Martin y compañía como para llevar tanto tiempo a favor suyo la bendición del éxito y la admiración?

Con tres discos editados a la fecha, Coldplay aun no publica un “The Bends”, o un “Morning Glory”. Coldplay no es una banda de hacer grandes discos, sino más bien, de hacer grandes canciones. No vamos a desconocer la adictiva simpleza de canciones como “The Scientist” o “In My Place”. Pero una banda inglesa inmortal sin un disco inmortal es una especie de contradicción. Por lo tanto, quizás Coldplay nunca se ubique en el Olimpo.

Recuerdo cuando hicieron su aparición, por allá por el 2000. “Shiver” y “Yellow” sonaban en las radios sin parar y el video de Martin caminando por la playa se convertía en una especie de clásico. Se decía entonces que eran los sucesores de Radiohead……de Radiohead!!, o sea, sí que prometían. Pero los años pasaron y Coldplay siguió repitiendo la fórmula, con algunas variaciones, claro está, pero sin llegar al nivel que siempre se esperó de ellos. Pienso que la prensa inglesa ha sido muy benevolente y paciente con ellos. Creo que Coldplay es la banda más sobrevalorada de los últimos 10 años.

Sí, eso pienso. Coldplay no alcanza la categoría de leyenda.

Y me pregunto que pensará Martin, defensor de los pobres, al saber que las entradas para su show superan los 40 mil pesos. Es un tema digno de discutir, porque los mismo se pensó de U2 el año pasado, y muchos salieron atacando a Bono de inconsecuente, cuando sabemos que los precios de las entradas no lo colocan los músicos, sino las productoras. Pero, seamos francos, U2 nos trajo el mejor show del mundo con el mejor vocalista del mundo. Coldplay nos trae varias famosas canciones de amor… un poquito desafinadas, pero famosas al fin.